Anoche.

Anoche que camine entre las olas del mar
mientras tú estabas lejos de mí,
comprendí que ya deje de amarte
y que las gaviotas que volaban en mi camino
al oír sus graznidos, mi corazón
ya no lloraba.

Me sentí fuerte, me sentí capaz de volver a volar
entre las nubes blancas de la felicidad
entre los remolinos de la ilusión.

Y la dulce canción de las sirenas
hacían mis sentimientos vibrar como una hermosa llama
que podía hacer mi alma reír
porque ya no estaba junto a ti.

Tal vez,
era la despedida de un triste amor,
tal vez eran los últimos suspiros de una pasión,
que se quedo dormida para siempre
cuando tu heriste todo lo que entre tú y yo
enamoradamente vivíamos.

Y que anoche que camine entre las olas del mar
simplemente, deje de hacerlo.